¿Quién es una Persona
Sorda?
Es una persona que no puede escuchar; pudo haber nacido sorda o haber perdido su audición por diferentes causas, por ejemplo una infección, una enfermedad, un accidente, ruido o una explosión fuerte.
¿Cómo afecta la sordera a una persona?
La sordera afecta la comunicación de las personas, a unas más que a otras dependiendo de si nació sordo o perdió la audición después de haber aprendido a hablar y de si tiene algún resto auditivo.
Cuando una persona nace sorda o pierde la audición a una edad muy temprana, es difícil que aprenda a hablar pues no puede escuchar los sonidos del idioma oral; sin embargo, si desea intentarlo, se le debe enseñar con un proceso largo y costoso.
Cuando una persona pierde la audición, siendo un niño, ya ha tenido experiencia auditiva y puede conservar la lengua que había adquirido.
Cuando una persona escuchó un poco, se beneficia del uso de audífonos y con esto, mas una buena terapia, es posible que pueda aprender la lengua oral.
Cuando las personas mayores, por la edad o por enfermedad se quedan sordas, tienen problemas para entender lo que se les habla, pero no para hablar, pues ellos han hablado toda su vida y conocen perfectamente su lengua.
¿Se puede curar?
Cuando la sordera es por una enfermedad, por ejemplo, una infección en el oído, se puede curar con antibióticos o a veces con cirugía.
Los audífonos que usan algunas personas con resto auditivo, NO CURAN LA SORDERA; lo que hacen es AMPLIFICAR el sonido para que la persona lo pueda escuchar un poco mejor.
La ciencia ha desarrollado para las personas sordas, el IMPLANTE COCLEAR, es como un audífono muy pequeño que se pone DENTRO del oído, mediante una cirugía; esta opción no beneficia a todas las personas sordas.
Es una persona que no puede escuchar; pudo haber nacido sorda o haber perdido su audición por diferentes causas, por ejemplo una infección, una enfermedad, un accidente, ruido o una explosión fuerte.
¿Cómo afecta la sordera a una persona?
La sordera afecta la comunicación de las personas, a unas más que a otras dependiendo de si nació sordo o perdió la audición después de haber aprendido a hablar y de si tiene algún resto auditivo.
Cuando una persona nace sorda o pierde la audición a una edad muy temprana, es difícil que aprenda a hablar pues no puede escuchar los sonidos del idioma oral; sin embargo, si desea intentarlo, se le debe enseñar con un proceso largo y costoso.
Cuando una persona pierde la audición, siendo un niño, ya ha tenido experiencia auditiva y puede conservar la lengua que había adquirido.
Cuando una persona escuchó un poco, se beneficia del uso de audífonos y con esto, mas una buena terapia, es posible que pueda aprender la lengua oral.
Cuando las personas mayores, por la edad o por enfermedad se quedan sordas, tienen problemas para entender lo que se les habla, pero no para hablar, pues ellos han hablado toda su vida y conocen perfectamente su lengua.
¿Se puede curar?
Cuando la sordera es por una enfermedad, por ejemplo, una infección en el oído, se puede curar con antibióticos o a veces con cirugía.
Los audífonos que usan algunas personas con resto auditivo, NO CURAN LA SORDERA; lo que hacen es AMPLIFICAR el sonido para que la persona lo pueda escuchar un poco mejor.
La ciencia ha desarrollado para las personas sordas, el IMPLANTE COCLEAR, es como un audífono muy pequeño que se pone DENTRO del oído, mediante una cirugía; esta opción no beneficia a todas las personas sordas.
SER SORDO NO SIGNIFICA SER ENFERMO
Las personas sordas no pueden escuchar, pero pueden ver, por esto, el idioma que usan para comunicarse es la LENGUA DE SEÑAS, una combinación de movimientos manuales, gestos, expresiones faciales, corporales y espaciales que integran su lengua.
Algunas personas sordas no pueden hablar por teléfono convencional, pero lo pueden hacer por un teléfono de texto. No escuchan radio, pero pueden saber las noticias a través del periódico. No escuchan la televisión, pero pueden acceder a la información si se cuenta con el servicio de interpretación en la pantalla o ven los mensajes escritos en la misma.
LAS PERSONAS SORDAD NO SON ENFERMAS, no necesitan ninguna droga o tratamiento para curarse. LAS PERSONAS SORDAS usan un IDIOMA DIFERENTE, con el que pueden aprender, compartir, actuar y expresarse libremente. El daño en la audición no afecta el desarrollo intelectual de los sordos.
Para la mayoría de los sordos no es fácil aprender a hablar, para la mayoría de los oyentes es fácil aprender Lengua de Señas, solo falta voluntad y esfuerzo para lograrlo.
Definicion Una Persona
sorda es ante todo un ser humano con características únicas e irrepetibles; con
un nombre propio, con derechos y con deberes un sujeto integral que hace parte
de la sociedad, que no pertenece a “otro mundo”, más allá de las diferencias
étnicas, religiosas, políticas, económicas, sociales, históricas, lingüísticas
y biológicas.
Sin embargo el hecho de que tenga una deficiencia en el órgano de la audición, la sitúa en el grupo de personas con discapacidad, grupo de por sí, totalmente heterogéneo y muy desconocido por el resto de la sociedad.
La deficiencia auditiva no tiene relación con otro tipo de deficiencias y esto es importante aclararlo porque tradicionalmente se ha considerado que las personas con deficiencia auditiva tienen también deficiencia cognitiva o problemas de aprendizaje.
La deficiencia auditiva se causa por diversas circunstancias, congénitas o adquiridas, y tiene diferentes grados o niveles (parcial o total); lo que en gran medida determina la forma de comunicación que adopta la persona.
De esta manera podemos decir que las Personas sordas no son iguales a aquellos que no tienen una deficiencia auditiva, que dentro del grupo de sordos se denominan “oyentes”; pero hay que dejar claro que la diferencia radica, no en que los unos sean “normales” y los otros sean anormales, deficientes, discapacitados, minusválidos, inválidos, sordomudos, entre otros de los tantos calificativos que de manera indistinta usa la sociedad para referirse a personas que considera enfermas, sino que unos y otros usan formas diferentes para acceder a la información del entorno y por ende desarrollan códigos de comunicación diferentes algunos hablan -a pesar de no oír-, otros usan la lengua de señas de incluso otros, por la falta de reconocimiento como sujetos de derecho y por la privación social y educativa que han vivido, no han desarrollado funcionalmente una lengua / idioma de comunicación.
Las Personas sordas, como muchas otras personas, requieren equiparación de oportunidades para acceder en igualdad de condiciones a todos los servicios y programas que los Estados ofrecen al resto de sus ciudadanos, de lo contrario se convertirán en una carga social para el Estado y no podrán desenvolverse autónomamente ni aportar al desarrollo socio económico de su país.
Es de resaltar que históricamente el abordaje de las personas con limitación ha sido desde el punto de visto clínico patológico, buscando “normalizarlas”; lo que ha traído consigo, más allá del mal uso de los términos relacionados con su condición, imaginarios sociales falsos, estigmatización y creación de barreras,[15] principalmente actitudinales. (Ver Anexo No. 1 Perspectiva histórica sobre las personas con limitación)
Un gran logro de las personas con limitaciones y sus movimientos asociativos es que la Organización Mundial de la Salud OMS haya cambiado su Clasificación internacional de deficiencias, discapacidades y minusvalías CIDDM por la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud CIF[16], en la cual se definen los términos de deficiencia, limitación en la actividad, y restricción en la participación, ya que es a partir de estos conceptos que se enmarcan las consecuencias de la discapacidad en interacción con el ambiente físico, social y actitudinal en el que viven las personas.
De esta manera, la CIF establece que “Discapacidad” es un término genérico que incluye deficiencias de función o estructura a nivel corporal, limitación en la actividad a nivel individual y restricciones en la participación a nivel social. Indica los aspectos negativos de la interacción del individuo (con una “condición de salud”) y sus factores contextuales (factores ambientales y factores personales). De esta manera este término puede ser utilizado para indicar alguna alteración en el funcionamiento del individuo a nivel corporal, individual o social, asociado a estados de salud.
Sin embargo se necesitaran años para divulgar y establecer este nuevo enfoque, y para una persona “normal”, por los imaginarios sociales que se tienen, seguirá siendo muy difícil aceptar que por alguna condición de salud (miopía, gripa, cólicos, afonía) se convierte en una persona con discapacidad, o como se les denomina en nuestra sociedad, en un “DISCAPACITADO” (no puede ver de lejos, no puede ir a trabajar, no puede correr, no puede asistir a una reunión, no puede hablar) ya que como la definición lo dice, un estado de salud, le puede ocasionar a una persona una desventaja frente a las otras para ejecutar alguna actividad personal, educativa, laboral, recreativa, cultural, comunitaria, familiar y social, entre otras.
El Siglo XXI, esperamos sea el siglo de los seres humanos, el siglo del conocimiento, de la sociedad de la información y de la comunicación, el siglo del cerebro, de la neurociencia, de la neurofisiología; aquí me apoyo en Rodolfo Llinás y en Oliver Sacks; comprender sus discursos, por supuesto en términos de ellos y parafraseándolos, nos significa una experiencia cerebral nueva: más allá de los sentidos creados por el cerebro, éste podría prescindir de ellos y seguir funcionando
“En este sentido hay defectos, enfermedades y trastornos que pueden desempeñar un papel paradójico, revelando capacidades, desarrollos, evoluciones, formas de vida latente que podrían no ser vistos nunca o ni siquiera imaginados en ausencia de aquél. / La adaptación sigue un camino distinto en cada persona. El sistema nervioso crea sus propios caminos. Usted neurólogo… debe verlo continuamente.”.
Este último autor, se refiere a Luria y Vygotsky, para quienes “un niño con discapacidad muestra un tipo singular de desarrollo cualitativamente distinto… si un niño ciego o sordo alcanza el mismo nivel de desarrollo que un niño normal, es que el niño discapacitado lo alcanza de otro modo, por otro camino; y para el pedagogo es particularmente importante conocer la singularidad de ese sendero por el que debe conducir al niño. Esta singularidad transforma la negativa del defecto en lo positivo de la compensación.”
Algunas de las definiciones que se encuentran en nuestro contexto sobre Personas sordas son:
“Sordo es aquella persona que presenta una pérdida auditiva mayor de 90 decibeles que le impide adquirir y utilizar el lenguaje oral en forma adecuada”.
“Sordo es todo aquel que no posee la audición suficiente y que en algunos casos no puede sostener una comunicación y socialización natural y fluida en lengua oral alguna, independientemente de cualquier evaluación audiométrica que se le pueda practicar”.
“El termino sordo alude a cualquier persona sorda que no puede oír, concretamente a aquella que utiliza la lengua de signos como su lengua natural. Las organizaciones nacionales estarán autorizadas a utilizar su propia definición de sordera y lengua de signos según sus preferencias”.
“Las personas sordas somos ante todo ciudadanos con los mismos derechos y deberes que cualquier otro; nuestra diferencia radica en la forma en que accedemos a la información del entorno, lo que nos lleva a crear códigos o formas de comunicación que respondan a nuestras necesidades individuales y a nuestra diversidad como grupo”.
“Bajo la denominación persona con limitación auditiva se ha designado genéricamente a la persona que posee una pérdida auditiva cualquiera, de naturaleza e intensidad diversa, que por este motivo recurre a apoyos tecnológicos especiales o a medios y lenguajes apropiados, lo cual no significa que tenga un deterioro cognitivo”.
Es importante aclarar que las definiciones de lo que significa ser Persona sorda, difieren de acuerdo al enfoque con el cual se observe a la persona que tiene esta condición, a saber:
Concepción clínico terapéutico: conciben la sordera como una patología, describiéndola desde los grados de audición y la etiología que ocasionó la pérdida y planteando objetivos rehabilitadores, lo que ocasiona por ejemplo, que su educación se dé en contextos clínicos.
Concepción socio antropológica: recientes estudios de sociólogos, lingüistas y psicólogos presentan una nueva visión de la sordera, que plantea que:
La sordera es una diferencia sociolingüística.
Las Personas sordas son usuarias de una lengua diferente a la de la mayoría y por lo tanto se pueden considerar como un grupo lingüístico minoritario.
Las Personas sordas poseen una lengua de señas, producto construido histórica y socialmente por la Comunidad sorda. Si el entorno les brinda oportunidades respetando su condición, pueden alcanzar el desarrollo pleno de su personalidad aportando al fortalecimiento de la sociedad.
La Lengua de señas es una lengua como cualquier otra, que si bien tiene un carácter visocorporal y no auditivo vocal, tiene la misma capacidad que cualquier lengua oral como sistema abstracto de comunicación. La educación desde esta perspectiva, se concibe como bilingüe y bicultural para los sordos.
Por lo anterior y por considerar que las palabras no son inocentes y siempre encierran, más allá de su significado, el significado que la sociedad les da, FENASCOL, con el ánimo de aportar a que el tema de las Personas sordas no se aborde desde la deficiencia o la discapacidad, sino con un enfoque de Derechos humanos, desde el respeto a la diferencia, usará indistintamente los términos: sordo o Persona sorda, para referirse a un grupo de seres humanos que se han unido en defensa de sus derechos y están cambiando su propia realidad.
Sin embargo el hecho de que tenga una deficiencia en el órgano de la audición, la sitúa en el grupo de personas con discapacidad, grupo de por sí, totalmente heterogéneo y muy desconocido por el resto de la sociedad.
La deficiencia auditiva no tiene relación con otro tipo de deficiencias y esto es importante aclararlo porque tradicionalmente se ha considerado que las personas con deficiencia auditiva tienen también deficiencia cognitiva o problemas de aprendizaje.
La deficiencia auditiva se causa por diversas circunstancias, congénitas o adquiridas, y tiene diferentes grados o niveles (parcial o total); lo que en gran medida determina la forma de comunicación que adopta la persona.
De esta manera podemos decir que las Personas sordas no son iguales a aquellos que no tienen una deficiencia auditiva, que dentro del grupo de sordos se denominan “oyentes”; pero hay que dejar claro que la diferencia radica, no en que los unos sean “normales” y los otros sean anormales, deficientes, discapacitados, minusválidos, inválidos, sordomudos, entre otros de los tantos calificativos que de manera indistinta usa la sociedad para referirse a personas que considera enfermas, sino que unos y otros usan formas diferentes para acceder a la información del entorno y por ende desarrollan códigos de comunicación diferentes algunos hablan -a pesar de no oír-, otros usan la lengua de señas de incluso otros, por la falta de reconocimiento como sujetos de derecho y por la privación social y educativa que han vivido, no han desarrollado funcionalmente una lengua / idioma de comunicación.
Las Personas sordas, como muchas otras personas, requieren equiparación de oportunidades para acceder en igualdad de condiciones a todos los servicios y programas que los Estados ofrecen al resto de sus ciudadanos, de lo contrario se convertirán en una carga social para el Estado y no podrán desenvolverse autónomamente ni aportar al desarrollo socio económico de su país.
Es de resaltar que históricamente el abordaje de las personas con limitación ha sido desde el punto de visto clínico patológico, buscando “normalizarlas”; lo que ha traído consigo, más allá del mal uso de los términos relacionados con su condición, imaginarios sociales falsos, estigmatización y creación de barreras,[15] principalmente actitudinales. (Ver Anexo No. 1 Perspectiva histórica sobre las personas con limitación)
Un gran logro de las personas con limitaciones y sus movimientos asociativos es que la Organización Mundial de la Salud OMS haya cambiado su Clasificación internacional de deficiencias, discapacidades y minusvalías CIDDM por la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la Discapacidad y la Salud CIF[16], en la cual se definen los términos de deficiencia, limitación en la actividad, y restricción en la participación, ya que es a partir de estos conceptos que se enmarcan las consecuencias de la discapacidad en interacción con el ambiente físico, social y actitudinal en el que viven las personas.
De esta manera, la CIF establece que “Discapacidad” es un término genérico que incluye deficiencias de función o estructura a nivel corporal, limitación en la actividad a nivel individual y restricciones en la participación a nivel social. Indica los aspectos negativos de la interacción del individuo (con una “condición de salud”) y sus factores contextuales (factores ambientales y factores personales). De esta manera este término puede ser utilizado para indicar alguna alteración en el funcionamiento del individuo a nivel corporal, individual o social, asociado a estados de salud.
Sin embargo se necesitaran años para divulgar y establecer este nuevo enfoque, y para una persona “normal”, por los imaginarios sociales que se tienen, seguirá siendo muy difícil aceptar que por alguna condición de salud (miopía, gripa, cólicos, afonía) se convierte en una persona con discapacidad, o como se les denomina en nuestra sociedad, en un “DISCAPACITADO” (no puede ver de lejos, no puede ir a trabajar, no puede correr, no puede asistir a una reunión, no puede hablar) ya que como la definición lo dice, un estado de salud, le puede ocasionar a una persona una desventaja frente a las otras para ejecutar alguna actividad personal, educativa, laboral, recreativa, cultural, comunitaria, familiar y social, entre otras.
El Siglo XXI, esperamos sea el siglo de los seres humanos, el siglo del conocimiento, de la sociedad de la información y de la comunicación, el siglo del cerebro, de la neurociencia, de la neurofisiología; aquí me apoyo en Rodolfo Llinás y en Oliver Sacks; comprender sus discursos, por supuesto en términos de ellos y parafraseándolos, nos significa una experiencia cerebral nueva: más allá de los sentidos creados por el cerebro, éste podría prescindir de ellos y seguir funcionando
“En este sentido hay defectos, enfermedades y trastornos que pueden desempeñar un papel paradójico, revelando capacidades, desarrollos, evoluciones, formas de vida latente que podrían no ser vistos nunca o ni siquiera imaginados en ausencia de aquél. / La adaptación sigue un camino distinto en cada persona. El sistema nervioso crea sus propios caminos. Usted neurólogo… debe verlo continuamente.”.
Este último autor, se refiere a Luria y Vygotsky, para quienes “un niño con discapacidad muestra un tipo singular de desarrollo cualitativamente distinto… si un niño ciego o sordo alcanza el mismo nivel de desarrollo que un niño normal, es que el niño discapacitado lo alcanza de otro modo, por otro camino; y para el pedagogo es particularmente importante conocer la singularidad de ese sendero por el que debe conducir al niño. Esta singularidad transforma la negativa del defecto en lo positivo de la compensación.”
Algunas de las definiciones que se encuentran en nuestro contexto sobre Personas sordas son:
“Sordo es aquella persona que presenta una pérdida auditiva mayor de 90 decibeles que le impide adquirir y utilizar el lenguaje oral en forma adecuada”.
“Sordo es todo aquel que no posee la audición suficiente y que en algunos casos no puede sostener una comunicación y socialización natural y fluida en lengua oral alguna, independientemente de cualquier evaluación audiométrica que se le pueda practicar”.
“El termino sordo alude a cualquier persona sorda que no puede oír, concretamente a aquella que utiliza la lengua de signos como su lengua natural. Las organizaciones nacionales estarán autorizadas a utilizar su propia definición de sordera y lengua de signos según sus preferencias”.
“Las personas sordas somos ante todo ciudadanos con los mismos derechos y deberes que cualquier otro; nuestra diferencia radica en la forma en que accedemos a la información del entorno, lo que nos lleva a crear códigos o formas de comunicación que respondan a nuestras necesidades individuales y a nuestra diversidad como grupo”.
“Bajo la denominación persona con limitación auditiva se ha designado genéricamente a la persona que posee una pérdida auditiva cualquiera, de naturaleza e intensidad diversa, que por este motivo recurre a apoyos tecnológicos especiales o a medios y lenguajes apropiados, lo cual no significa que tenga un deterioro cognitivo”.
Es importante aclarar que las definiciones de lo que significa ser Persona sorda, difieren de acuerdo al enfoque con el cual se observe a la persona que tiene esta condición, a saber:
Concepción clínico terapéutico: conciben la sordera como una patología, describiéndola desde los grados de audición y la etiología que ocasionó la pérdida y planteando objetivos rehabilitadores, lo que ocasiona por ejemplo, que su educación se dé en contextos clínicos.
Concepción socio antropológica: recientes estudios de sociólogos, lingüistas y psicólogos presentan una nueva visión de la sordera, que plantea que:
La sordera es una diferencia sociolingüística.
Las Personas sordas son usuarias de una lengua diferente a la de la mayoría y por lo tanto se pueden considerar como un grupo lingüístico minoritario.
Las Personas sordas poseen una lengua de señas, producto construido histórica y socialmente por la Comunidad sorda. Si el entorno les brinda oportunidades respetando su condición, pueden alcanzar el desarrollo pleno de su personalidad aportando al fortalecimiento de la sociedad.
La Lengua de señas es una lengua como cualquier otra, que si bien tiene un carácter visocorporal y no auditivo vocal, tiene la misma capacidad que cualquier lengua oral como sistema abstracto de comunicación. La educación desde esta perspectiva, se concibe como bilingüe y bicultural para los sordos.
Por lo anterior y por considerar que las palabras no son inocentes y siempre encierran, más allá de su significado, el significado que la sociedad les da, FENASCOL, con el ánimo de aportar a que el tema de las Personas sordas no se aborde desde la deficiencia o la discapacidad, sino con un enfoque de Derechos humanos, desde el respeto a la diferencia, usará indistintamente los términos: sordo o Persona sorda, para referirse a un grupo de seres humanos que se han unido en defensa de sus derechos y están cambiando su propia realidad.
¿Cuál es la
caracterización de la Comunidad sorda?
Los diferentes grupos sociales utilizan para su comunicación lenguas orales (español, francés, inglés, etc.) las cuales se caracterizan porque se adquieren mediante la audición. Una persona que nace sorda no podrá acceder naturalmente a la lengua utilizada en su medio viéndose enfrentada a una situación de ausencia de lenguaje que, de no ser resuelta, le llevará a presentar retraso en su desarrollo no solo lingüístico, sino cognitivo, académico y social.
Durante siglos se afirmó que los sordos eran mudos, que podían comunicarse mediante la lectura de los labios, y que en promedio eran menos inteligentes que las personas oyentes, creencias todas equivocadas.
Las Personas sordas no son mudas; simplemente algunas personas sordas, en especial las nacidas sordas no hablan porque al carecer de la audición no pueden percibir el habla de los demás, la cual se constituye en el modelo para el desarrollo de la lengua oral.
De otra parte, la lectura de los labios permite a personas que ya manejaban el lenguaje antes de ensordecerse (no a sordos que no conocen la lengua) captar muy parcialmente la información.
Así mismo, hoy en día se ha demostrado que la creencia equivocada de una menor inteligencia en los sordos era consecuente a prácticas equivocadas de evaluación del pensamiento en sordos, utilizando pruebas con alto contenido lingüístico que confundían la falta de manejo de la lengua oral con falta de inteligencia.
La mayoría de los sordos adultos de hoy fueron educados dentro de una concepción oralista, que tenía la sana intención de ayudarlos a hablar, pero tuvo en la práctica el nocivo efecto de prohibirles, por más de 60 años, el uso de la Lengua de señas, lo que los privó de acceder al manejo real de una lengua, la cual por ser visual es la lengua de natural adquisición por parte de las Personas sordas.
Esta carencia lingüística y el énfasis en el habla y no en la educación, llevó a que la gran mayoría de Personas sordas solamente accedieran a los primeros años de la primaria, y sean hoy analfabetas funcionales.
Su bajo nivel educativo y la ausencia de oportunidades sociales, de comunicación y laborales en equidad, sumado al hecho de que la mayor parte de las causas de la sordera se relacionan con condiciones deficientes de atención en salud, explican porque la mayor parte de los sordos pertenecen a estratos socioeconómicos uno y dos, y viven en condiciones en donde sus necesidades básicas no pueden ser satisfechas.
Los diferentes grupos sociales utilizan para su comunicación lenguas orales (español, francés, inglés, etc.) las cuales se caracterizan porque se adquieren mediante la audición. Una persona que nace sorda no podrá acceder naturalmente a la lengua utilizada en su medio viéndose enfrentada a una situación de ausencia de lenguaje que, de no ser resuelta, le llevará a presentar retraso en su desarrollo no solo lingüístico, sino cognitivo, académico y social.
Durante siglos se afirmó que los sordos eran mudos, que podían comunicarse mediante la lectura de los labios, y que en promedio eran menos inteligentes que las personas oyentes, creencias todas equivocadas.
Las Personas sordas no son mudas; simplemente algunas personas sordas, en especial las nacidas sordas no hablan porque al carecer de la audición no pueden percibir el habla de los demás, la cual se constituye en el modelo para el desarrollo de la lengua oral.
De otra parte, la lectura de los labios permite a personas que ya manejaban el lenguaje antes de ensordecerse (no a sordos que no conocen la lengua) captar muy parcialmente la información.
Así mismo, hoy en día se ha demostrado que la creencia equivocada de una menor inteligencia en los sordos era consecuente a prácticas equivocadas de evaluación del pensamiento en sordos, utilizando pruebas con alto contenido lingüístico que confundían la falta de manejo de la lengua oral con falta de inteligencia.
La mayoría de los sordos adultos de hoy fueron educados dentro de una concepción oralista, que tenía la sana intención de ayudarlos a hablar, pero tuvo en la práctica el nocivo efecto de prohibirles, por más de 60 años, el uso de la Lengua de señas, lo que los privó de acceder al manejo real de una lengua, la cual por ser visual es la lengua de natural adquisición por parte de las Personas sordas.
Esta carencia lingüística y el énfasis en el habla y no en la educación, llevó a que la gran mayoría de Personas sordas solamente accedieran a los primeros años de la primaria, y sean hoy analfabetas funcionales.
Su bajo nivel educativo y la ausencia de oportunidades sociales, de comunicación y laborales en equidad, sumado al hecho de que la mayor parte de las causas de la sordera se relacionan con condiciones deficientes de atención en salud, explican porque la mayor parte de los sordos pertenecen a estratos socioeconómicos uno y dos, y viven en condiciones en donde sus necesidades básicas no pueden ser satisfechas.
Los Derechos del Sordo
El texto que reproducimos a continuación es la Declaración de los Derechos de
las Personas sordas, que fue promulgado durante el VI Congreso Mundial de
Sordos que se celebró en Paris en el Palacio de la UNESCO.
Sería de desear que las legislaciones de los respectivos Países se hicieran eco de los fundamentos de tal Declaración.
Declaración de los Derechos del Sordo
1) CONSIDERANDO que en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre los pueblos de las Naciones Unidas han proclamado la igualdad e inalienabilidad de los Derechos de toda la raza humana, como fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo;
2) CONSIDERANDO que en el mismo momento los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado su fe en los Derechos del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, garantizando a todos los individuos la igualdad en libertad, dignidad y derechos, así como la asistencia médica, la instrucción gratuita, la libre elección de profesión y empleo y la libertad de asociación;
3) CONSIDERANDO los principios enunciados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los "derechos del joven" y los documentos de la OMS y la OIT referentes a la ' rehabilitación de los disminuidos y el de la Unesco sobre la educación especial y la educación permanente;
4) CONSIDERANDO que los derechos humanos universalmente reconocidos, han de aplicarse de manera universal y que, por tanto, las personas con pérdida auditiva de todo el mundo tienen los mismos derechos que los demás miembros de la sociedad;
5) CONSIDERANDO que los disminuidos auditivos idiopáticos tienen una disminución exclusivamente sensorial, sin disminuciones de naturaleza psíquica y que a través de una educación adecuada pueden ser totalmente rehabilitados y desempeñar en la comunidad un papel igual al de los demás miembros, mientras que si, por el contrario, se hallan desprovistos de una educación y, por tanto, de la posibilidad de mantener relaciones humanas con los demás, sufren perturbaciones psíquicas y se ven obligados a llevar una vida vegetativa, desprovista de todo interés y contraria a los principios enunciados en la Declaración de Derechos del Hombre;
6) CONSIDERANDO la necesidad de establecer los Derechos Humanos fundamentales de las personas disminuidas de oído y de llamar la atención sobre ellas de los gobiernos, Naciones Unidas y Agencias Especializadas de las Organizaciones Internacionales no gubernamentales así como de las instituciones, entes y asociaciones que trabajan en el campo de la rehabilitación y la integración social de los Sordos, a fin de que las Declaraciones de principio de los documentos citados se puedan transformar, también para los Sordos, en una realidad auténtica y activa;
La Asamblea General del VI Congreso de la Federación Mundial de Sordos proclama;
ARTICULO I
Las personas sordas deben gozar efectivamente de los mismos derechos reconocidos universalmente para los demás miembros de la sociedad por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, por la de los Derechos del Niño y por los documentos aprobados por las Asambleas Centrales de la UNESCO, la OMS y la OIT.
Artículo II
Tanto en el campo internacional como en el nacional se deben adoptar medidas encaminadas a permitir un moderno tratamiento de los problemas inherentes a la sordera, eliminando superadas opiniones sobre las posibilidades limitadas de las personas Sordas, que están basadas en viejas actitudes debidas a prejuicios que han demostrado ser erróneos.
Artículo III
Para que los Sordos puedan gozar, efectivamente y en igual medida, de los mismos derechos de los demás ciudadanos, es necesario que las comunidades procedan, mediante las leyes u otras medidas previstas por esta Declaración, a proteger los derechos de las personas disminuidas del oído para poder llevar a cabo los fines de la completa habilitación e integración en el sistema de la sociedad.
Artículo IV
a) Los jóvenes con disminución auditiva deben beneficiarse de la seguridad social y, según criterios especiales, del diagnóstico precoz y especializado, de escuelas especiales, de instrumentos gratuitos de prótesis acústica, de la libre orientación profesional y escolar de institutos profesionales o superiores especiales;
b) La calidad y prioridad de la educación e instrucción para niños Sordos debe garantizarse y establecerse en términos iguales a las garantizadas a la población en general.
c) Debe garantizarse la libertad de experimentar todos los sistemas y métodos educativos. Los padres y las Asociaciones de Sordos deben colaborar en la tarea de la instrucción y de la educación.
Artículo V
a) La comunidad, con la colaboración y la ayuda de las asociaciones nacionales de disminuidos del oído, debe dar los pasos necesarios y realizar los esfuerzos apropiados para llevar a cabo los deseos legítimos y los fines de las personas Sordas por su real independencia en la sociedad, con igualdad de deberes y derechos que los demás miembros de ella.
b) Según estos principios, deben elaborar programas específicos y adecuados, teniendo en cuenta las condiciones sociales y económicas de las respectivas comunidades.
Artículo VI
Es necesario asegurar un trabajo idóneo y de satisfacción personal a los disminuidos del oído, eligiendo libremente entre los 1260 profesiones y oficios para los que no es necesario el sentido del oído
Artículo VII
Es necesario asegurar a la persona Sorda en especial las posibilidades de comunicación, eliminando las barreras que se interpongan, ya sea mediante la instrucción permanente y,si es posible,mediante instrumentos acústicos subsidiarios,ya mediante adecuadas adaptaciones gráficas o visuales, subtitulación de películas y transmisiones de televisión y servicios de interpretación en lenguaje de signos.
Artículo VIII
a) Para asegurar a las personas con disminución auditiva una adecuada labor de rehabilitación, es necesario que las comunidades reconozcan a las asociaciones nacionales de disminuidos del oído como elementos fundamentales de representatividad de los derechos del Sordo y donde confluyen las experiencias familiares de instrucción, formación, vida comunitaria y social, instrucción permanente y empleo del tiempo libre de las personas con disminución auditiva.
b) A las asociaciones de Sordos se les asegurará su reconocimiento jurídico y los instrumentos y medios necesarios para que puedan proceder a la asistencia moral y material de las comunidades en que viven y trabajan los disminuidos del oído, a fin de llevar a cabo sus aplicaciones y su trabajo en un clima de sanidad, siendo útiles a la sociedad y poder ofrecer sus capacidades y experiencias.
Artículo IX
a) Es necesario que las comunidades aseguren los instrumentos adecuados para la organización de institutos y escuelas apropiados para la preparación del personal científico y especializado para el diagnóstico, terapia, instrucción cultural y profesional, instrucción permanente, aplicación y utilización de instrumentos acústicos y visuales e interpretación en lenguaje de signos.
b) Asimismo, es necesario que los gobiernos y Asociaciones internacionales procedan a asegurar un intercambio constante de experiencias, informaciones e innovaciones científicas.
c) A tal fin la FMS, agrupando a las asociaciones nacionales de disminuidos del oído y a los mayores expertos en el campo de la rehabilitación y seguridad de estas personas en todo el mundo, se entrega a desarrollar y ofrecer su colaboración y consulta para los problemas de estudio, investigación e intercambio.
Sería de desear que las legislaciones de los respectivos Países se hicieran eco de los fundamentos de tal Declaración.
Declaración de los Derechos del Sordo
1) CONSIDERANDO que en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre los pueblos de las Naciones Unidas han proclamado la igualdad e inalienabilidad de los Derechos de toda la raza humana, como fundamento de la libertad, la justicia y la paz en el mundo;
2) CONSIDERANDO que en el mismo momento los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado su fe en los Derechos del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, garantizando a todos los individuos la igualdad en libertad, dignidad y derechos, así como la asistencia médica, la instrucción gratuita, la libre elección de profesión y empleo y la libertad de asociación;
3) CONSIDERANDO los principios enunciados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los "derechos del joven" y los documentos de la OMS y la OIT referentes a la ' rehabilitación de los disminuidos y el de la Unesco sobre la educación especial y la educación permanente;
4) CONSIDERANDO que los derechos humanos universalmente reconocidos, han de aplicarse de manera universal y que, por tanto, las personas con pérdida auditiva de todo el mundo tienen los mismos derechos que los demás miembros de la sociedad;
5) CONSIDERANDO que los disminuidos auditivos idiopáticos tienen una disminución exclusivamente sensorial, sin disminuciones de naturaleza psíquica y que a través de una educación adecuada pueden ser totalmente rehabilitados y desempeñar en la comunidad un papel igual al de los demás miembros, mientras que si, por el contrario, se hallan desprovistos de una educación y, por tanto, de la posibilidad de mantener relaciones humanas con los demás, sufren perturbaciones psíquicas y se ven obligados a llevar una vida vegetativa, desprovista de todo interés y contraria a los principios enunciados en la Declaración de Derechos del Hombre;
6) CONSIDERANDO la necesidad de establecer los Derechos Humanos fundamentales de las personas disminuidas de oído y de llamar la atención sobre ellas de los gobiernos, Naciones Unidas y Agencias Especializadas de las Organizaciones Internacionales no gubernamentales así como de las instituciones, entes y asociaciones que trabajan en el campo de la rehabilitación y la integración social de los Sordos, a fin de que las Declaraciones de principio de los documentos citados se puedan transformar, también para los Sordos, en una realidad auténtica y activa;
La Asamblea General del VI Congreso de la Federación Mundial de Sordos proclama;
ARTICULO I
Las personas sordas deben gozar efectivamente de los mismos derechos reconocidos universalmente para los demás miembros de la sociedad por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, por la de los Derechos del Niño y por los documentos aprobados por las Asambleas Centrales de la UNESCO, la OMS y la OIT.
Artículo II
Tanto en el campo internacional como en el nacional se deben adoptar medidas encaminadas a permitir un moderno tratamiento de los problemas inherentes a la sordera, eliminando superadas opiniones sobre las posibilidades limitadas de las personas Sordas, que están basadas en viejas actitudes debidas a prejuicios que han demostrado ser erróneos.
Artículo III
Para que los Sordos puedan gozar, efectivamente y en igual medida, de los mismos derechos de los demás ciudadanos, es necesario que las comunidades procedan, mediante las leyes u otras medidas previstas por esta Declaración, a proteger los derechos de las personas disminuidas del oído para poder llevar a cabo los fines de la completa habilitación e integración en el sistema de la sociedad.
Artículo IV
a) Los jóvenes con disminución auditiva deben beneficiarse de la seguridad social y, según criterios especiales, del diagnóstico precoz y especializado, de escuelas especiales, de instrumentos gratuitos de prótesis acústica, de la libre orientación profesional y escolar de institutos profesionales o superiores especiales;
b) La calidad y prioridad de la educación e instrucción para niños Sordos debe garantizarse y establecerse en términos iguales a las garantizadas a la población en general.
c) Debe garantizarse la libertad de experimentar todos los sistemas y métodos educativos. Los padres y las Asociaciones de Sordos deben colaborar en la tarea de la instrucción y de la educación.
Artículo V
a) La comunidad, con la colaboración y la ayuda de las asociaciones nacionales de disminuidos del oído, debe dar los pasos necesarios y realizar los esfuerzos apropiados para llevar a cabo los deseos legítimos y los fines de las personas Sordas por su real independencia en la sociedad, con igualdad de deberes y derechos que los demás miembros de ella.
b) Según estos principios, deben elaborar programas específicos y adecuados, teniendo en cuenta las condiciones sociales y económicas de las respectivas comunidades.
Artículo VI
Es necesario asegurar un trabajo idóneo y de satisfacción personal a los disminuidos del oído, eligiendo libremente entre los 1260 profesiones y oficios para los que no es necesario el sentido del oído
Artículo VII
Es necesario asegurar a la persona Sorda en especial las posibilidades de comunicación, eliminando las barreras que se interpongan, ya sea mediante la instrucción permanente y,si es posible,mediante instrumentos acústicos subsidiarios,ya mediante adecuadas adaptaciones gráficas o visuales, subtitulación de películas y transmisiones de televisión y servicios de interpretación en lenguaje de signos.
Artículo VIII
a) Para asegurar a las personas con disminución auditiva una adecuada labor de rehabilitación, es necesario que las comunidades reconozcan a las asociaciones nacionales de disminuidos del oído como elementos fundamentales de representatividad de los derechos del Sordo y donde confluyen las experiencias familiares de instrucción, formación, vida comunitaria y social, instrucción permanente y empleo del tiempo libre de las personas con disminución auditiva.
b) A las asociaciones de Sordos se les asegurará su reconocimiento jurídico y los instrumentos y medios necesarios para que puedan proceder a la asistencia moral y material de las comunidades en que viven y trabajan los disminuidos del oído, a fin de llevar a cabo sus aplicaciones y su trabajo en un clima de sanidad, siendo útiles a la sociedad y poder ofrecer sus capacidades y experiencias.
Artículo IX
a) Es necesario que las comunidades aseguren los instrumentos adecuados para la organización de institutos y escuelas apropiados para la preparación del personal científico y especializado para el diagnóstico, terapia, instrucción cultural y profesional, instrucción permanente, aplicación y utilización de instrumentos acústicos y visuales e interpretación en lenguaje de signos.
b) Asimismo, es necesario que los gobiernos y Asociaciones internacionales procedan a asegurar un intercambio constante de experiencias, informaciones e innovaciones científicas.
c) A tal fin la FMS, agrupando a las asociaciones nacionales de disminuidos del oído y a los mayores expertos en el campo de la rehabilitación y seguridad de estas personas en todo el mundo, se entrega a desarrollar y ofrecer su colaboración y consulta para los problemas de estudio, investigación e intercambio.
Dirigido a las personas
oyentes cuando se encuentran en presencia de una Persona sorda:
1. Usted no debe
sobreponer la cultura oyente por encima de la cultura sorda;
2. Usted debe mantener el
contacto visual cuando se este comunicando con una persona sorda;
3. Usted se comunicara
todo el tiempo (por sus medios o a través de un intérprete, en el sistema de
comunicación que use la persona sorda, sea éste lengua señas o castellano oral;
4. Usted no actuará como
el instructor de lengua de señas de la persona sorda;
5. Usted no actuará como
el profesor de gramática del castellano de la persona sorda;
6. Usted no actuará como
el terapeuta de lenguaje de la persona sorda;
7. Usted no debe ser el
comediante de la persona sorda, ni decir chistes ni juegos de palabras
pertenecientes a la cultura del oyente.
8. Usted no actuará como
el papá o la mamá de la persona sorda;
9. Usted verá a las
personas sordas como miembros de una comunidad lingüística minoritaria, no como
discapacitados o minusválidos.
10. Usted verá a las
personas sordas como ciudadanos colombianos con los mismos derechos y deberes
que los demás compatriotas.
11. Usted tendrá en cuenta
que las personas sordas son capaces de hacer toda clase de cosas en las que no
necesiten el sentido de la audición.
Reglas basadas en el documento “Los 10 mandamientos de la Cultura sorda DDHHH, Monthly Comunicator, Trenton NJ.
Datos estadísticos
Registro DANE de personas con discapacidad
El Departamento Nacional, de estadística DANE con el objetivo de contar con información que permita la realización de acciones en beneficio de la población en situación de discapacidad, incluyó en el censo de población una pregunta para obtener el dato relacionado con el número de personas que poseen algún tipo de limitación en nuestro país.
Dicha pregunta se formuló de acuerdo con el enfoque conceptual aportado por la Clasificación Internacional del Funcionamiento la Salud y la Discapacidad, CIF. La pregunta incluida fue concertada con organizaciones de personas y para personas con discapacidad, al igual que con algunos miembros del Comité Consultivo Nacional, con quienes se realizaron las pruebas de contenido para su definición.
De acuerdo con los datos obtenidos, el número de personas con limitación paso de 593.000 personas (1.85%) en 1993 a 2647.000 personas (6.47) en 2005.
Al analizar los datos sobre el número de limitaciones por persona se obtiene que:
El Departamento Nacional, de estadística DANE con el objetivo de contar con información que permita la realización de acciones en beneficio de la población en situación de discapacidad, incluyó en el censo de población una pregunta para obtener el dato relacionado con el número de personas que poseen algún tipo de limitación en nuestro país.
Dicha pregunta se formuló de acuerdo con el enfoque conceptual aportado por la Clasificación Internacional del Funcionamiento la Salud y la Discapacidad, CIF. La pregunta incluida fue concertada con organizaciones de personas y para personas con discapacidad, al igual que con algunos miembros del Comité Consultivo Nacional, con quienes se realizaron las pruebas de contenido para su definición.
De acuerdo con los datos obtenidos, el número de personas con limitación paso de 593.000 personas (1.85%) en 1993 a 2647.000 personas (6.47) en 2005.
Al analizar los datos sobre el número de limitaciones por persona se obtiene que:
·
879.379 personas (71.2%) presentan una
limitación.
·
382.375 personas (14,5%) de las personas
presentan dos limitaciones.
·
150.454 personas (5,7%) de
las personas posee cuatro o más limitaciones.
·
227.007 personas (8,7%) de las personas
posee tres o más limitaciones permanentes.
·
De acuerdo con los datos preliminares
del Censo General del 2005, la tasa de prevalencia para el total de la
población (6.4%) es mayor en hombres con un (6,6%) que en mujeres
(6,2%).
Del total de personas que reportaron alguna limitación:
·
765.469 personas (29,0%) poseen
limitaciones para moverse o caminar.
·
385.374 personas (14,6%) para usar
brazos y manos.
·
1.140.285 personas (43,2%) para ver a
pesar de usar lentes o gafas.
·
456.642 personas (17,3%) para oír
aun con aparatos especiales.
·
337.862 personas (2,8%) para
hablar.
·
314.106 personas (11,9%) para entender o
aprender.
·
261.315 personas (9,9%) para
relacionarse con los demás por problemas mentales o emocionales.
·
248.118 personas (9,4%) para
bañarse, vestirse o alimentarse por sí mismo.
FENASCOL con el
apoyo de la Fundación para el Desarrollo Sostenible de Colombia FUNDESCOL
y la Fundación EVALUAR realizó un estudio para establecer las
características de la población sorda de nuestro país; para ello se realizó una
caracterización de la población sorda, a partir una muestra de
dicha población determinada por los datos del Censo Nacional de Población
realizado en 1993.
La muestra obtenida para la realización del estudio estuvo compuesta por 648 personas de los departamentos de Atlántico, Bolívar, Córdoba, Magdalena, Sucre, Cesar Guajira, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Antioquia, Chocó, Viejo Caldas, Valle, Cauca, Nariño, Santafé de Bogotá, Cundinamarca, Tolima y Huila, Casanare, Meta, Guainía, Amazonas, Putumayo, Arauca y Vaupés y fue diferenciada de la siguiente manera:
La muestra obtenida para la realización del estudio estuvo compuesta por 648 personas de los departamentos de Atlántico, Bolívar, Córdoba, Magdalena, Sucre, Cesar Guajira, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Antioquia, Chocó, Viejo Caldas, Valle, Cauca, Nariño, Santafé de Bogotá, Cundinamarca, Tolima y Huila, Casanare, Meta, Guainía, Amazonas, Putumayo, Arauca y Vaupés y fue diferenciada de la siguiente manera:
·
Personas adultas sordas o hipoacúsicas
(15 años en adelante) con las cuales se podía establecer comunicación mediante
lenguaje de señas u oralmente.
·
Niños sordos o hipoacúsicos (menores de
15 años): La encuesta se aplicó a un familiar, preferiblemente la madre o quien
respondiera económicamente por el niño.
Estos son los datos más importantes obtenidos por el estudio:
Sexo de la Población Encuestada: Del total de 643 encuestados se encontró que:
·
332 personas (52%) son de sexo
masculino.
·
311 personas (48%) son de sexo
femenino.
Este dato coincide significativamente con los datos arrojados por el censo y muestra una ligera tendencia a tener problemas auditivos por parte de un mayor número de personas del sexo masculino; sin embargo esta pequeña diferencia se vuelve significativa si se tiene en cuenta que el censo nacional de 1993 arroja un porcentaje mayor de mujeres que de hombres en la población colombiana.
Edad: Esta variable se analizó a través del indicador años cumplidos según fecha de nacimiento, los resultados fueron:
·
De 0 a 15 años hay 103 personas
(16%).
·
De 16 a 30 años hay 320 personas (50%).
·
De 31 a 45, hay 187 (29%).
·
De 46 a 60 años, hay 30 personas (5%).
·
Mayores de 60 años hay sólo 3 personas
(no alcanza el 0.1 %).
Estos datos indican que la población con problemas auditivos se concentra en un rango que se puede catalogar como juventud. En la niñez, aunque el porcentaje no es muy bajo, se puede decir que en la actualidad dicha población no presenta un alto índice de limitación auditiva, debido a factores como avances médicos y cuidados prenatales.
Estado civil: Del total de encuestados, 114 personas (18%) son casadas, de ellas 62 son hombres y 52 son mujeres. 458 personas (71%) son solteras, de las cuales 234 son hombres y 222 son mujeres. 27 personas (4%) son separadas, 42 personas (7%) conviven en unión libre y 2 personas (menos del 0.1%) se encuentran en estado de viudez. Es decir que menos de la tercera parte de la población objetivo vive en pareja, mientras que un alto porcentaje de ellos,458 personas, el 71%, aún se encuentra soltero. Este dato podría indicar una gran dificultad de la población con discapacidad auditiva para establecer relaciones.
Nivel educativo: El nivel educativo de la población con problemas auditivos se analizó a través de los siguientes indicadores: Alfabetización: capacidad para leer y escribir, asistencia a instituciones educativas: Formal o especializada y nivel educativo alcanzado: Primaria, bachillerato, universidad.
Los datos sobre alfabetización y educación no concuerdan si se tiene en cuenta que 602 personas, (de las cuales el 50% están entre 16 y 30 años de edad), de 643 encuestadas dicen haber asistido a instituciones educativas. Aún más, de las 602 personas que han asistido a alguna institución:
·
327 personas (54.3%) han asistido a
instituciones especiales para sordos.
·
80 personas (13.3%) han asistido a
instituciones para oyentes.
·
199 personas (32.4%) han asistido
a instituciones de las dos clases.
Habría entonces una cobertura educativa casi total hecho que en la práctica no es real.
Lectura y escritura: De las 643 personas encuestadas, solamente 87 personas (13.5%) entienden lo que leen, es decir saben leer y 72 personas (11.2%) escriben párrafos. El resto pueden considerarse analfabetas:
·
110 personas no saben leer (17%),
·
118 personas leen pero no entienden (18.4%)
·
100 no saben escribir (16%).
Estos datos indican que probablemente en realidad hay más capacidad para memorizar imágenes como logotipos o propagandas; que puede ser una vía más adecuada de educación. Estas cifras al ser comparadas con las variables de alfabetización y educación mostrarían en apariencia que las anteriores cifras no son reales o que se refieren a otro grupo de población.
Educación: De un total de 156 personas que cursaron algún nivel de secundaria en educación formal (33.5% de la población encuestada), tan sólo 30 personas, es decir el 19.2% de los 156, cursaron el grado 11. Todos los demás no completaron su educación.
·
Solo un 33.5% ha alcanzado algún nivel
de secundaria, lo que indica un muy bajo nivel de escolaridad.
·
Solo 20 de las 643 personas encuestadas,
es decir, el 3.1% ha adelantado algún grado de educación superior, en carreras
como auxiliar de contabilidad, sistemas, dibujo publicitario, dibujo
arquitectónico y decoración, filosofía y ciencias religiosas, licenciatura en pedagogía
reeducativa, licenciatura en educación básica primaria, artes plásticas,
pedagogía.
De acuerdo con el estudio, 235 personas, el 37% del total de la población encuestada está estudiando.
Actividad económica y situación patrimonial. Estos temas se indagaron a través de los siguientes indicadores:
·
Estatus económico: independencia o
dependencia económica.
·
Rol de dependencia: actividad diaria.
·
Personas de quienes depende
económicamente.
·
Nivel de ingresos del grupo de apoyo
(familias, amigos, etc).
·
Actividad de la persona independiente.
·
Clase de contrato.
·
Cargo ocupado o actividad.
·
Nivel de ingresos.
De las 643 personas encuestadas, 329 (que equivalen al 51%) son dependientes económicamente mientras que 312 (49%) son independientes. Aunque las cifras siguen un nivel ascendente lógico según los grupos de edad (a mayor edad más independientes), en total sigue siendo muy alta la dependencia económica de las personas sordas, aún en las edades más productivas, con excepción del grupo de edad de 31 a 46 años y de 46 a 60 años.
·
Entre 0 y 15 años 99 personas son
dependientes y 4 independientes, dato completamente lógico. Lo difícil de
explicar es como hay 4 entre este rango que sean independientes.
·
En el grupo de 16 a 30 años, hay
173 personas dependientes (54%) y 145 personas independientes
(45%), es decir, todavía hay más personas dependientes. Aquí ocurre que el
rango es demasiado amplio en edades claves desde el punto de vista de la
productividad.
·
En el grupo de edad de mayor
productividad que corresponde al de edades entre 31 a 46 años, 138 (74%)
dicen ser independientes y 49 (26%) dependientes, porcentaje similar al grupo
entre 46 y 60 años.
·
Al analizar la dependencia económica de
acuerdo con el sexo de las personas encuestadas, se encuentra que quienes más
dependencia económica tienen son las mujeres (58.1%) y de este porcentaje el
77.5% son solteras. Esta cifra coincide con el porcentaje de hombres solteros
dependientes que equivale al 90%.
De las personas dependientes, 185 de 329 personas, el 56.2 % dice ser estudiante y 80 personas es decir, el 24.3% labora en las tareas del hogar mientras que sólo 31 personas, es decir el 9.4% señala que no desarrolla alguna actividad y el resto manifiesta que desarrolla otras actividades que les reportan ingresos económicos
El que el sólo 31 personas (9.4%) no desarrollen alguna actividad, y la población encuestada de menores de 15 años sea el 16%, puede indicar que se trata de estos menores, que lógicamente no tendrían porque desempeñar actividades lucrativas. Las personas dependientes casi en su totalidad dependen de los padres, 240 personas (73%), mientras que sólo10 (3%) dependen de su esposo o esposa.
Como es natural, el grupo de apoyo del cual dependen económicamente los encuestados está constituido por el núcleo familiar y tan solo el 13.1% aparece en la categoría “otros”.
Ingresos del grupo de apoyo: De las personas económicamente dependientes, 329 (que equivalen al 51%) se encontró que los ingresos del grupo de apoyo que las sostienen se dividen de la siguiente forma:
·
El grupo de apoyo de 129 personas (39%)
percibe ingresos inferiores a $250.000.
·
El grupo de apoyo de 64 personas
(19%) se ubica entre $250.000. y $500.000.
·
El grupo de apoyo de 22 personas (7%)
entre $500.000. y $1.000.000,
·
El grupo de apoyo de12 personas
(4%) entre $1.000.000. y $ 1´500.000
·
El grupo de apoyo de 6 personas
(2%) percibe ingresos mayores a $1´500.000.
71 personas (22%) de los encuestados dependientes económicamente no sabe cuál es el nivel de ingresos de su grupo de apoyo.
Estos datos indican que los grupos de apoyo de quienes dependen económicamente las personas con algún tipo de limitación auditiva, igual que los independientes, se ubican preferentemente en los estratos bajos de la población.
191 personas manifiestan ser independientes, o sea que el 61% de la población encuestada son empleados y de ellos:
·
34 personas (17.8%) están bajo la
modalidad de contrato temporal, inestable por naturaleza.
·
73 personas (38.2%) tienen contratos a
término indefinido.
Además es notoria la dedicación a labores operativas no calificadas o escasamente calificadas, dato consistente con el alto nivel de analfabetismo. De hecho se reportaron sólo 8 profesores, una directora académica, tres gerentes, dos de ellos propietarios, un investigador y un propietario de salón de belleza.
También se encontró que:
·
47 personas (15 %) de quienes se
declararon económicamente independientes gana menos de $200.000,
·
145 personas (47%) tiene ingresos entre
$200.000 y $500.000.
·
5 personas (2%) solamente tiene
ingresos superiores a $500.000.oo.
Es claro que existe un modelo de subempleo remunerado por debajo del salario mínimo legal, lo cual se constituye en una forma de explotación de los hipoacúsicos a quienes en una muy alta proporción no se les reconocen los derechos laborales de un lado, y de otro se cree que se ubican en los estratos bajos de la población.
Actividades recreativas: El deporte que más practican los hombres es el fútbol y el que más practican las mujeres es el baloncesto y el que les gustaría practicar es la natación. En cuanto a las actividades culturales el que más practican independientemente del sexo es el baile y en cuanto a las actividades sociales los paseos son los más practicados.
Situación familiar: Se midió a través de los indicadores: con quien vive usted y núcleo familiar. Los resultados obtenidos indican que más del 90% de las personas con limitación auditiva viven con algún familiar, el 6.4% vive con personas distintas del grupo familiar y tan solo 17 encuestados viven solos.
Discapacidad auditiva, se midió a través de los siguientes indicadores: Grado de pérdida auditiva, edad a la que presentó la pérdida auditiva y causa de la pérdida auditiva.
·
524 personas (81%) de los encuestados
presenta pérdida profunda o severa de la audición mientras que 88
personas (14%) leve o moderada.
·
La mayoría de los encuestados: 377
personas (58%) sufrió la pérdida auditiva al nacer, independientemente de
la edad o el sexo de las personas y tan solo 29 personas (5%) la adquirió después
de los cinco años de edad. 51 personas (8%) manifiesta no saber a que
edad la presentaron..
·
Hay una gran mayoría que manifiestan no
saber la causa de la pérdida auditiva 200 personas, (32%). Por otro lado,
analizando las causas conocidas, las más comunes son enfermedades vírales
durante el embarazo de la madre y golpes sufridos por la persona.
Además del problema auditivo, 115 personas (17.9%) manifiestan tener otras dificultades, entre las que se encuentran por lo general los problemas visuales.
Cobertura en salud: Con relación a este tema los indicadores utilizados en la población encuestada fueron:
la afiliación a Empresas Prestadoras de Servicios de Salud y los servicios que prestan, aquí se encontró que:
·
El 78.2% de los encuestados está afiliado
a alguna E.P.S. mientras que el 16.5% no cuenta con afiliación.
·
Entre los afiliados, el 9.9% los cubre
el SISBEN, el 66.6% están cubiertos por el Instituto de los Seguros Sociales,
el 2.4% por la Caja de Previsión Social y las restantes E.P.S. abarcan al
15.9%.
·
El 54.7% de las personas con limitación
auditiva utilizan los servicios de salud. Sin duda la ampliación de la
cobertura en salud para la población derivada de la Ley 100 de 1.993 también ha
favorecido a las personas con limitación auditiva.
Servicio de intérpretación: Este servicio es un apoyo ampliamente conocido para las personas con limitación auditiva. Las personas que lo utilizan lo hacen para muy diversas situaciones, desde la comunicación con el médico y en los estrados judiciales, hasta para conferencias y capacitación.
·
454 personas (71%) lo conocen.
·
Sólo 302 personas (47%) lo utilizan.
Conclusiones
En síntesis se puede observar que:
·
Existe un grave problema educativo en la
población de personas con limitación auditiva, lo que genera un problema mayor
en el aspecto laboral y por consiguiente de ingresos económicos.
·
Un aspecto positivo es el del
cubrimiento en salud, aunque los aspectos específicos relacionados con su
discapacidad no están cubiertos, ya que la mayoría de las EPS no prestan
servicios para mejorar la forma de vida y el manejo cotidiano de las personas
con problemas auditivos.
·
El lugar de nacimiento y el de
residencia no son determinantes en la adquisición de problemas auditivos.
·
Es preciso diseñar modelos de educación
con bases y objetivos diferentes a los de los oyentes, y que tengan en cuenta
las necesidades de aprendizaje de la población con limitación auditiva, que
inclusive no se mediría con las categorías “leer y escribir”, al menos en
relación con el alfabeto y los signos convencionales.